Las viejas recetas que ya no funcionan en Osasunbidea
Josemi Ablitas
Delegado del sindicato LAB en Osasunbidea
Osasunbidea necesita un cambio. No sólo en cuanto normativa y relaciones laborales sino, sobre todo, un cambio de mentalidad en el que se haga una defensa inequívoca de “lo público” y una apuesta tangible en materia de personal y condiciones laborales. Por supuesto que esta serie de hándicaps que impiden realizar una cobertura equitativa y digna en materia de salud, no es exclusiva de Osasunbidea. Todo ello se enmarca en las políticas de salud que, de alguna manera, han olvidado a las personas en favor de números y estadísticas.
La falta de resilencia se demuestra en la incapacidad de un sistema de salud para adaptar su funcionamiento antes, durante o después de los acontecimientos (cambios, perturbaciones y oportunidades) y debería entenderse como un concepto básico.
Osasunbidea necesita una transformación en cuanto a sistema sanitario público y una más que necesaria en materia de personal y derechos laborales
Esto se traduce en aumento de las listas de espera, precariedad laboral, inestabilidad de la plantilla y en un empeoramiento exponencial de las relaciones laborales, aumento de agresiones y un absentismo disparado.
Osasunbidea necesita una transformación en cuanto a sistema sanitario público y una más que necesaria en materia de personal y derechos laborales.
Cambio de misión y valores
Las listas de espera están condicionando de forma intensa la actividad ordinaria de la plantilla. La necesidad imperiosa de mejorar los “números” oculta un verdadero nicho de negocio, de agravios y de percepción de la ciudadanía del sistema público de salud.
Dar por hecho que la colaboración público privada es imprescindible para afrontar la actividad, supone una clara descapitalización del sector público apoyando y derivando actividad a entidades que precarizan a la plantilla para obtener mayores beneficios a costa de la salud de los/as ciudadanas. Debemos abordar de manera urgente las derivaciones al sector privado/concertado, monitorizando desde lo público la actividad concertada, dando prioridad a la inversión en el sector público.
Medidas exclusivamente monetarias se han demostrado totalmente eficientes si queremos visibilizar a los sistemas públicos de salud como referentes.
También es necesario un cambio en políticas de personal. Los procesos de estabilización que se han realizados sigue pareciendo insuficiente para acabar con la eventualidad en Osasunbidea. Las plazas vacantes en plantilla orgánica en 2022 eran 3.830 de un total un 41% de las plazas. A ello hay que sumar la plantilla estructural, fuera de plantilla orgánica, y que supone una autentica plantilla en “B”. Un total de 1547 plazas de las que apenas 1/3 se han enviado a consolidar.
Uno de los sectores más feminizados en la actualidad (el 80% de la plantilla es mujer), está constatando la falta de voluntad para favorecer unas medidas de conciliación apropiadas, que cada vez son más restrictivas
La OPE de estabilización no ha hecho sino maquillar una realidad en la que se siguen manteniendo contratos y plazas totalmente precarizadas (jornadas parciales sin posibilidad de mejora), alta rotación de la plantilla y falta de herramientas para consolidar servicios y retener talento.Uno de los sectores más feminizados en la actualidad (el 80% de la plantilla es mujer), está constatando la falta de voluntad para favorecer unas medidas de conciliación apropiadas, que cada vez son más restrictivas.
El reconocimiento profesional está cada vez más en entredicho generándose un clima de riesgos psicosociales, tanto en ámbito interno como externo. La difícil cobertura de puestos de trabajo y en ocasiones la dificultad para responder a la demanda, solo es un síntoma de la falta de planificación para corregir esta problemática.
La constante puja de las empresas privadas por buscar financiación pública haciendo de la salud negocio es una de las principales amenazas de los servicios públicos de salud. A pesar de que muchos quieren “venderlo” como oportunidades, hemos constatado que los aumentos de las derivaciones no mejoran la eficiencia de lo público. Al contrario, se está generando una corriente en el que los seguros privados están tomando cada vez más protagonismo.
La privatización de los cuidados es un hecho,...
...que supone un nicho de precariedad laboral y desigualdad
La privatización de los cuidados es un hecho, el cuidado de las personas mayores y de servicios como salud mental no solo suponen una falta de control de la asistencia sanitaria pública por pura desidia de nuestros gobernantes y gestores, sino que supone un nicho de precariedad laboral y desigualdad.
Una reforma en atención primaria es fundamental en estos momentos. No se ha consolidado ni una sola medida que mejore la accesibilidad y longitudinalidad de la atención. La falta de presupuesto unido a la falta de medidas en cuanto a personal, está vaciando contenido la actividad preventiva de atención primaria convirtiéndolo en un mero servicio a demanda.
La problemática de Osasunbidea no es diferente a la de otros sistemas sanitarios públicos. Sin embargo, nuestra especial idiosincrasia nos abre un abanico de oportunidades importantes en materia laboral y de atención
Hemos constatado que las viejas recetas no funcionan: las productividades no funcionan, la actividad extraordinaria no funciona, las derivaciones a centros privados no funcionan, políticas restrictivas en materia laboral no funcionan…
La problemática de Osasunbidea no es diferente a la de otros sistemas sanitarios públicos. Sin embargo, nuestra especial idiosincrasia nos abre un abanico de oportunidades importantes en materia laboral y de atención. Un cambio inexcusable que vele por una gobernanza que no muestre dicotomías entre lo público y lo privado y que desarrolle medidas en materia de personal y derechos laborales que favorezcan y mejoren las condiciones de la plantilla (sobre todo la más precarizada), cuestión que redundara de forma directa en la atención de la ciudadanía.
Un cambio es posible y necesario y esto solo se consigue a través de políticas participativas con los profesionales, la ciudadanía y plataformas que son el garante de la atención sanitaria pública para todos y todas
La solución debe pasar por sacar los centros de salud, a los barrios y pueblos, dando un carácter comunitario a la salud de las personas, poniéndolas en el centro y aproximando a los las profesionales a los centros donde se desarrollan las actividades de la vida diaria.
Es por ello que entendemos que un cambio es posible y necesario y esto solo se consigue a través de políticas participativas con los profesionales, la ciudadanía y plataformas que son el garante de la atención sanitaria pública para todos y todas.