¡Más organización, y más pueblos!
Mireia Vehí
Sociologa y militante de CUP, actualmente diputada en el Congreso de Madrid
Steve Tombs i David Whyte en su trabajo “La empresa criminal” describen los crímenes de las corporaciones contra los trabajadores con aquellos “directamente derivados de las relaciones laborales, incluídos los casos de la discriminación sexual y racial, vulneración de las normas salariales, violación de los derechos de asociación y acción colectiva y otros delitos contra la salud y la seguridad del trabajo1”. Los autores trabajan con la idea que las corporaciones cometen crímenes sistemáticamente y no se responsabilizan de la mayoría: recogen los crímenes financieros, los ambientales, los laborales y aquellos contra los consumidores – estos últimos centrados en empresas de alimentación -.
Las corporaciones cometen crímenes sistemáticamente y no se responsabilizan de la mayoría
Los datos del informe de Ipar Hegoa “IKUSMIRAN. Las condiciones laborales y de vida de las y los trabajadores de Euskal Herria” llenan de cifras vascas el marco planteado por Whyte y Tombs. En los últimos años ha habido bajada de salarios y, comparando con la situación a nivel internacional y según la OIT, la pérdida de masa salarial de las trabajadoras es de más del 50% en todo el mundo; las tasas de paro y la precarizacion de las condiciones laborales están disparadas, y tenemos que proyectar una dinámica creciente en el marco de la crisis sanitária y económica del COVID 19; los accidentes laborales han aumentado; y los índices de pobreza son alarmantes en Euskal Herria, y según el último informe de Intermón Oxfam, en todo el Estado español.
Euskal Herria no es una excepción, els Països Catalans tienen tasas de paro y de pobreza disparadísimas, y amedrentadas por la pandemia
Lamentablemente, Euskal Herria no es una excepción, els Països Catalans tienen tasas de paro y de pobreza disparadísimas, y amedrentadas por la pandemia. De hecho, lo que sí es particular de Euskal Herria, y así lo explica el informe de la fundación cuando habla de la recuperación de algunos convenios colectivos, es el alto nivel de afiliación sindical de clase y la capacidad por medio de huelgas y otros mecanismos de presión de conseguir mejoras concretas. El informe sostiene dos tesis importantes para construir estratégicamente un futuro mejor: por un lado que la organización colectiva es clave en la lucha por los derechos laborales, y en el trascurso del estado de alarma y desde el Congreso de los Diputados, la CUP llamó una y otra vez a la organización sindical como única vía para garantizar la seguridad de los y las trabajadoras – si las medidas que está llevando a cabo el gobierno español no son suficientes para contener el desastre económico y laboral, la única solución es la organización sindical combativa -. Por otro lado, la imperiosa necesidad de arrancar la regulación laboral del Estado español y tener la capacidad de construir cartas de derechos laborales propias. La organización y la soberanía, como no podría ser de otra manera, claves de la construcción de un porvenir donde los derechos laborales no sean una fantasía.
Lla CUP llamó una y otra vez a la organización sindical como única vía para garantizar la seguridad de los y las trabajadoras
Y desde luego parece urgente la capacidad colectiva de intervenir. En los próximos meses van a llegar los fondos europeos, una inyección de dinero público que corre el riesgo de ser un rescate a las grandes empresas – en 2008 ya se rescató a los bancos y todavía estamos esperando que devuelvan la mayor parte de la inversión -, y que va a comportar modificaciones substanciales en las pensiones y en la contratación. Además de precipitarnos hacia otra sangría de fondos públicos hacia las grandes corporaciones, las condiciones del dinero serán contrapartidas que disminuirán los derechos de los y las trabajadoras. No sabemos si volverán los hombres de negro de la Troika, pero parece que la violencia de la austeridad sí.
La respuesta del gobierno ha sido, en gran medida, a favor del gran capital, en contra los ingresos y derechos de los trabajadores, con brutales consecuencias para la economía y el empleo.
Kostas Lapavitsas y Heiner Flassbeck en su trabajo “Contra la Troika. Crisis y austeridad en la eurozona” escribían en 2015 el precio que pagó Grecia por el rescate del 2010. “El panorama griego en vista de estas tendencias es simplemente desastroso. (…) La idea de que los salarios bajos y la desregulación de los mercados, junto con la privatización de los activos públicos, llevarían a un crecimiento sostenido carece de cualquier fundamento empírico (…) Es probable que aumente la desigualdad de la renta y que la pobreza profunda se convierta en una característica permanente de su sociedad”2. Además, en el caso griego, como en muchos otros puntos de Europa, la austeridad catapultó a la extrema derecha a ser protagonista de la actualidad política del país.
El desastre depende del nivel de resistencia que se encuentren las políticas neoliberales
En el Estado español el horizonte no es esperanzador, y el desastre depende del nivel de resistencia que se encuentren las políticas neoliberales. La receta, tal como señala el informe, tiene más sentido que nunca: ante una admnistración europea que ha abandonada a los pueblos que la habitan: ¡más organización política, y más pueblo!