Situación en Portugal – Experiencia, acción y lucha de los trabajadores

Joao Barreiros

Secretario de relaciones internacionales CGTP-IN Portugal

 

La pandemia de COVID-19, que aún no se comprende del todo en cuanto a su alcance y efectos definitivos, ya tiene enormes impactos a nivel de cada país y a nivel mundial. La situación excepcional creada por la pandemia ha mostrado el  dominio del gran capital sobre la estructura productiva y del Estado. Llegó para dar la oportunidad a quienes había buscado durante mucho tiempo intensificar el ataque a los derechos, libertades y garantías de los trabajadores para aumentar aún más sus fortunas. El gran capital y sus sectores más reaccionarios, aliados a los medios de comunicación a su servicio, buscan promover el miedo y el alarmismo, el individualismo y el conformismo, incriminar la lucha y acción de los trabajadores, promoviendo el atentado a sus derechos. Una agenda que integra el blanqueo y la promoción del fascismo.

Desde el inicio de la pandemia en Portugal, la respuesta del gobierno ha sido, en gran medida, a favor del gran capital, en contra los ingresos y derechos de los trabajadores, con brutales consecuencias para la economía y el empleo. Pero también en los servicios públicos, en particular en la salud, manteniendo la  sub – financiación y la falta de recursos humanos y materiales necesarios para tratar el COVID-19 y el conjunto de otros problemas de salud cuya existencia no ha cesado. Una situación que es premeditada, con el fin de canalizar recursos públicos hacia los grupos económicos del negocio de la salud.

La respuesta del gobierno ha sido, en gran medida, a favor del gran capital, en contra los ingresos y derechos de los trabajadores, con brutales consecuencias para la economía y el empleo.

Al inicio de la pandemia, se decretó el Estado de Emergencia en Portugal, donde se restringieron derechos, libertades y garantías, buscando limitar la acción de los sindicatos, lo cual se logró parcialmente con el fin de la obligación de los sindicatos de intervenir en el ”lay-off” (una especie de  expedientes de regulación temporal de empleo) y en la discusión de las medidas de legislación laboral que se presentaron. Además se vio amenazado el derecho de huelga, fue impuesto el tele-trabajo y la limitación a la circulación dentro del territorio nacional.

Los trabajadores que tienen profesiones  que no es posible su conversión al tele-trabajo, permanecieron en una situación de exposición al riesgo de contagio, principalmente en el transporte público masificado y en la continuación del trabajo en funciones sociales que era necesario mantener.

El momento muestra que la brecha de desigualdad se ha ampliado. Aquellos que tienen salarios más bajos y situaciones precarias están más expuestos a la pandemia, no pueden evitar ir a trabajar, tienen más necesidad de enfrentarse al transporte público hacinado. Estos son los que perdieron más ingresos en este período. La pandemia ha dejado al descubierto el flagelo de la precariedad y los bajos salarios. En los últimos años, la lucha de los trabajadores en Portugal ha provocado un aumento de los salarios, la recuperación de derechos e ingresos y, en una primera fase, la lucha contra la precariedad con la contratación de miles de trabajadores en el sector público. Hemos considerado que el aumento del salario mínimo es insuficiente y su aumento es un requisito con el que estamos fuertemente comprometidos. El acuerdo entre el gobierno, la patronal y la UGT (otra central sindical en Portugal) desreguló aún más los vínculos laborales, lo que se reflejó durante la pandemia, con miles de trabajadores despedidos sin garantía alguna, sobre todo jóvenes. Más de 100.000 trabajadores quedaron desempleados.

Cerca de 800 mil trabajadores fueron empujados a una situación de “lay-off simplificado”, que resultó en el recorte de 1/3 de su salario, garantizando al Estado una parte del salario a los trabajadores por la Seguridad Social. Se trataba de medidas que salvaguardaban no el interés de los trabajadores, sino el interés de empresas y grandes grupos económicos. Los mismos que en los últimos años han repartido ganancias y dividendos, algunos  lo han hecho durante la pandemia, cuando al mismo tiempo despidieron y recortaron salarios.

Los mismos que en los últimos años han repartido ganancias y dividendos, algunos lo han hecho durante la pandemia, cuando al mismo tiempo despidieron y recortaron salarios.

Esta situación se ve agravada por el modelo económico impuesto en Portugal, de sometimiento al gran capital ya la Unión Europea. Un modelo dominado por grupos económicos extranjeros, donde imperan los bajos salarios y pensiones, la precariedad y el desempleo, un tejido productivo frágil, altos déficit productivos, dependencia de las importaciones. El ataque a la negociación colectiva, que impuso el vencimiento de los convenios colectivos, dando al capital el poder de chantajear a los trabajadores, y una enorme des-inversión en los servicios públicos, expuestos de manera brutal con la pandemia.

Una situación que refleja las opciones de los sucesivos gobiernos portugueses de sumisión al euro y la Unión Europea. Sin embargo, sus opciones políticas se han visto frustradas por la fuerza de acción y lucha de los trabajadores.

 

La respuesta de la Unión Europea

En el marco de la Unión Europea, el denominado “Plan de Recuperación” europeo y el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP) acentúan las políticas destinadas a apoyar a las grandes empresas y fomentar la dependencia de países como Portugal.

Sin subestimar los importes en cuestión, ni el potencial que podría tener su uso al servicio de los trabajadores y del país, CGTP-IN viene advirtiendo sobre los recortes en el próximo MFP, es decir, en las políticas de cohesión y agrícola, – que se suman a las pérdidas acumuladas en los dos MFP anteriores -, al mismo tiempo que se incrementa la contribución nacional al presupuesto de la UE, incluso para compensar la disminución de las contribuciones de algunos de los países que más se benefician del mercado único, las políticas comunes y el euro – casos de Alemania, Holanda, Suecia, Dinamarca, Austria.

También hemos denunciado las “condicionalidades” políticas y económicas para el uso de fondos del Plan Europeo de Recuperación y del MFP y que conducen a una centralización aún mayor del poder político y la protección de la Unión Europea, dominada por las grandes potencias.

Pero también hemos denunciado las “condicionalidades” políticas y económicas para el uso de fondos del Plan Europeo de Recuperación y del MFP y que conducen a una centralización aún mayor del poder político y la protección de la Unión Europea, dominada por las grandes potencias, en particular por Alemania. Federalismo y neo-liberalismo se unen así, independientemente de la voluntad de los pueblos, para intentar imponer como “condicionalidad” el retorno a las políticas de recortes de derechos e ingresos, el desmantelamiento o privatización de los servicios públicos, las funciones sociales del Estado y las empresas publicsa con más alianzas público-privadas y con la inyección de fondos públicos a la banca.

 

Acción y lucha de los trabajadores – Motor de transformación

Es en este contexto que, para la CGTP-IN, debe definirse la respuesta de los trabajadores sin  renunciar a los derechos de organización, intervención, lucha y huelga, así como en la definición y acción de un rumbo que rompa con las viejas fórmulas que , a nivel nacional e internacional, intenta imponernos.

La realización de estas manifestaciones (…) vino a dar esperanza y confianza a los trabajadores

Con la pandemia se intentó comprometer la realización de acciones de lucha, a partir del 1 de mayo, Día Internacional del Trabajador. En un entorno difícil y una ofensiva brutal, CGTP-IN decidió tomar todas las medidas de salud y protección necesarias para llevar a cabo acciones en todo el país con motivo de este día. Este momento marcó la respuesta a la ofensiva de quien ante la pandemia buscara imponer a quien labora todas las obligaciones hacia el patrón y la empresa, pero no pueden manifestarse ni actuar en defensa de sus derechos, sus salarios y sus intereses.

La realización de estas manifestaciones, en las que siguieron otras acciones de lucha en empresas, lugares de trabajo y en la calle, como el pasado 26 de septiembre, vino a dar esperanza y confianza a los trabajadores, demostrando que, a pesar de la situación que vivimos, los derechos de los trabajadores no están en cuarentena, y que la unidad de los trabajadores y la lucha no se suspende.
Ante la pandemia, quedó claro el rumbo que llevó a décadas de sumisión a los intereses del capital y de la Unión Europea. Décadas de privatización y des-inversión en servicios públicos y sanitarios, congelación y recorte de salarios, des-regulación de las leyes laborales. Recomendaciones que los sucesivos gobiernos de Portugal han intentado aplicar, a veces en su totalidad, a veces en parte. A pesar de las lecciones que ha traído la pandemia, no es seguro que hayan aprendido la lección. Ante la ofensiva que surja, imponiendo miedo y llevando a la resignación, será la resistencia y lucha de los trabajadores la que impondrá un rumbo diferente, de esperanza y confianza. Un curso, que traerá protección y salvaguarda de la salud de los trabajadores, que promoverá la mejora de las condiciones de vida y de trabajo, que allanará el camino hacia una sociedad diferente, combatiendo la desigualdad social y la explotación.

 

Décadas de privatización y des-inversión en servicios públicos y sanitarios, congelación y recorte de salarios, des-regulación de las leyes laborales.

 

Para la CGTP-IN y sus sindicatos, es clara la necesidad de avanzar en la resistencia y la lucha, en las más variadas condiciones, con las más variadas formas y formatos, pero siempre de una manera decidida por ganar derechos, salvaguardar garantías, diseñar un camino alternativo de progreso y justicia social. Un camino de lucha que se impondrá aún más cuando se profundice la cooperación y la convergencia en la acción con todas aquellas organizaciones sindicales que en la Unión Europea y en el Mundo están comprometidas con la defensa de los intereses de clase, la democracia y la soberanía de los trabajadores.

 
Situación en Portugal – Experiencia, acción y lucha de los trabajadores
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