Maddalen Dorador

“Es momento de poner cara a cara la vida con el capital y hacer esa batalla”

talaia09 Maddalen Dorador Maddalen Dorador Rubio, (1987, Orereta). Licenciada en derecho, hoy en día es la responsable de la federación de servicios privados de LAB.
 
 

LAB pidió desde el principio medidas drásticas para hacer frente a la crisis de Covid-19, pidiendo la paralización de todas aquellas actividades que no fuesen servicios esenciales. Después del Decreto del Gobierno español que vino tarde y sólo durante dos semanas sólo pudieron trabajar el personal de la sanidad pública, pero también las cuidadoras, empleadas del hogar, reponedoras, carretilleras, transportistas…

¿Se les ha dado el valor suficiente hasta ahora?

Claramente no. Ha quedado en evidencia cómo el sistema económico se nutre de todas esas actividades que sustentan nuestras vidas, invisibilizándolas y precarizándolas. Trabajos que el sistema encomienda mayoritariamente a las mujeres, como si fuesen actividades naturales del género, y por ello, no necesarios de pagar, o por lo menos no lo suficiente en comparación a la repercusión que tienen en la sostenibilidad de la vida.

Esta crisis ha dejado en evidencia cuales son las actividades realmente necesarias. Pero también ha dejado en evidencia quiénes hacen esos trabajos y en qué condiciones, es decir la división sexual del trabajo y brecha de género.

Hablamos de los trabajos que sustentan nuestras vidas, los trabajos esenciales e imprescindibles que cuidan nuestras vidas. Hablamos de la limpieza, trabajo esencial para que todo funcione, pero en esta crisis, imprescindible para parar la pandemia. Hablamos de los cuidados. Porque somos personas interdependientes y es necesario crear todo un sistema de cuidado público, que garantice una vida digna. Cuidados de personas mayores, de menores, de personas con diversidades funcionales, de enfermos y enfermas, de la comunidad en general. De la necesidad de intercomunicarnos, mediante teléfono, internet o correos.  Hablamos de toda la cadena de alimentación, desde trabajar la tierra a la venta. Sanidad, en todo su espectro, más allá de médicos y enfermeras, celadores, limpiadoras, ambulancias, farmacias…/p>

El establishment ha demostrado su cara más oligárquica y avariciosa, arriesgando la vida de miles de trabajadoras y trabajadores por los interesen económicos de unos pocos./p>

Creo que por lo menos a partir de ahora, mucha gente será más consciente de esos trabajos necesarios para nuestras vidas y que no están lo suficientemente valorados para la función  social que acometen.

Somos personas interdependientes y es necesario crear todo un sistema de cuidado público, que garantice una vida digna

La situación en estos sectores es muy dura en el día a día. ¿Qué condiciones laborales tienen en estos sectores?

Gran parte de estos sectores son realizados fuera del mercado, es decir, gratis y mayoritariamente por mujeres migradas y racializadas (trabajos domésticos, limpieza, labrado de tierra, cuidados…) Otra parte, las condiciones laborales si están regulada en el marco general pero con diferencias según el sector y el género de la persona trabajadora. Es decir, no es lo mismo limpiar la parada del tren o limpiar una oficina, o ser encargado del supermercado o ser cajera, celador funcionario o cuidadora subcontratada… pero en general, podemos decir que las condiciones laborales de la mayoría de estos colectivos están precarizados desde siempre.  Los salarios son muy bajos, las cajeras o las trabajadoras de telemarketing no llegan a 1000€ brutos, casi la totalidad de las limpiadoras tienen jornadas parciales, los ratios de cuidados son muy diferentes según lo gestiona el servicio público o una empresa privada… Son sectores con gran brecha salarial de género.

Esta crisis ha evidenciado también la precarización de estos sectores mediante la privatización.  Sectores imprescindibles para nuestras vidas, han sido año tras año recortados por el sistema público y privatizados a empresas que cotizan en bolsa. La privatización ha supuesto la caída de todo ese sistema público que debería velar por toda la ciudadanía, independientemente de sus orígenes o clase, en favor del enriquecimiento de unas pocas empresas, que tienen por objetivo eso mismo, enriquecerse y por lo tanto recortan en materiales o personal. Se ha visualizado claramente la falta de recursos humanos y materiales que tenemos en toda la cadena de cuidados.

Gran parte de estos sectores son realizados fuera del mercado, es decir, gratis y mayoritariamente por mujeres migradas y racializadas

Empresas de servicios con trabajadores en precario se han dedicado a hacer negocio con esta crisis (Glovo, Amazon …). ¿Qué clase de sistema refleja este tipo de comportamientos?

Este sistema está organizado para eso, para hacer negocio, y por lo tanto una vez más, en las peores condiciones humanas, siempre hay quien hace negocio. Las empresas distribuidoras, están orientadas al consumismo salvaje, individualista e instantánea. Empresas como Glovo, Deliveroo… forman parte de todo un entramado de marketing, que impulsan a ese consumo sin control ni empatía social. Es tal la precarización de estos trabajadores y trabajadoras que la mayoría de ellos no tienen ni contrato. Son obligados y obligadas a trabajar como autónomas en condiciones extremas por un pago miserable. En esta crisis, hemos tenido que ver cómo miles de negocios locales han cerrado o como se han prohibido los mercados locales pero a su vez, hemos visto al Corte Inglés abrir en domingos o a trabajadoras y trabajadores de Amazon distribuir bicicletas estáticas sin ningún tipo de protección. Es decir, las decisiones políticas han pervertido el consumismo salvaje de la sociedad ante lo local.

Pero esta crisis también ha dejado en evidencia la necesidad de distribución de elementos de primera necesidad desde una perspectiva de cuidados de la sociedad. Lo que quiero decir es que tenemos una oportunidad de repensar los servicios, y de poder conectar los pequeños comercios con clientes mediante unas distribuciones colectivas y cercanas. Para eso tenemos que desprendernos de esas megaempresas y crear como trabajadoras y como sociedad las nuestras propias, basando la distribución en el cuidado comunitario, con unas condiciones dignas.

Sectores imprescindibles para nuestras vidas, han sido año tras año recortados por el sistema público y privatizados a empresas que cotizan en bolsa

En general y teniendo en cuenta que este tipo de empleos no tienen gran valoración social y económica ¿qué carencias ha hecho aflorar esta crisis? Y en el camino de conseguir el reconocimiento que necesitan todos los trabajos, ¿qué modelo propone LAB?

Ha quedado al descubierto que todo pivota en la acumulación de riqueza de unos pocos y no en nuestras vidas. Han quedado al descubierto los trabajos que son verdaderamente esenciales, los que protegen nuestras vidas y las hacen posibles. Ha quedado en evidencia la necesidad de un sistema público reforzado, sin recortes ni privatizaciones. Deberíamos de aprovechar esta luz para dignificar estos trabajos. Debemos poner en el centro los trabajos reproductivos, debemos oír a esas trabajadoras, organizarnos juntas y regular las condiciones valorándolas según el valor social aportado. Debemos acabar con la brecha de género.

Empresas como Glovo, Deliveroo… forman parte de todo un entramado de marketing, que impulsan a ese consumo sin control ni empatía social

Es momento de poner cara a cara la vida con el capital y hacer esa batalla. Eso requiere de valentía para repensar un nuevo sistema, con un nuevo reparto de riqueza, con un nuevo modelo laboral, con un nuevo sistema de distribución horaria, un sistema público de cuidados fuerte, un sistema en armonía con el ecosistema, donde quepa toda persona trabajadora sin exclusión de género, origen o funcionalidad. Para ello nos es necesaria la soberanía, el poder de decisión para crear una nueva Euskal Herria.

 

 

Maddalen Dorador
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