Sharlene Henry
«Necesitamos un control total de los alquileres para que la clase trabajadora pueda vivir
con dignidad»
York-South Weston Tenant Union (Sindicato de Inquilinas de York-South Weston) es un grupo de inquilinas y asociaciones de inquilinas que se organiza en el área de Toronto llamada York-South Weston, y que viene organizando la ayuda común para proteger los derechos de las inquilinas desde 2020. Sharlene Henry es co-presidenta del sindicato y una de las organizadoras de la huelga de alquileres que han llevado a cabo. Henry es además miembro activo del sindicato Unifor Canada, el mayor sindicato en el sector privado del país, siendo esta experiencia importante también para la lucha inquilina.
En esta breve entrevista repasamos su lucha, y en ella reconocemos la importancia de que la clase trabajadora se organice y luche, siendo el sindicalismo en sentido amplio la mejor herramienta para defender nuestros derechos frente al capital, en los centros de trabajo y fuera de ellos.
Para empezar, ¿qué es el Sindicato de Inquilinas de York-South Weston? ¿Cómo y por qué razón empezasteis a organizaros?
York-South Weston Tenant Union (YSWTU) organiza a inquilinas y asociacione s de inquilinas de Toronto. Como sindicato de inquilinas nuestro objetivo es compartir información y recursos sobre los derechos que como inquilinas tenemos, con el objetivo de enfrentar el aumento del precio de los alquileres en nuestro distrito y conseguir que se hagan las reparaciones necesarias en las viviendas. También organizamos bloques, defendemos los derechos de las inquilinas y el derecho a una vivienda digna y asequible en nuestra comunidad.
Yo empecé a organizarme antes de que nos convirtiéramos oficialmente en sindicato de inquilinas, a causa de los aumentos de la renta de alquiler que nos imponían año tras año en el bloque donde vivo. En aquel momento no teníamos ni idea de lo que eran los Above Guideline Increases (AGI, Aumentos por Encima de las Directrices), una forma legal de aumento del alquiler en la provincia en la que vivo (Ontario). Un propietario puede hacer obras o reparaciones, y cargar el coste de estas a las inquilinas. Vivo en el 33 de King Street, un edificio alto de 420 viviendas situado en el extremo oeste de Toronto. Nuestro edificio había experimentado un aumento de más de 5 puntos por encima de las directrices en ese momento, y como inquilinas veíamos que para justificarlo se realizaban obras superficiales que, en nuestra opinión, no eran necesarias. Es por ello que empezamos a organizarnos y a luchar.
Ha sido un proceso de lucha fructífero, hasta llegar a una enorme huelga de alquileres. ¿Podrías contarnos más sobre ese proceso?
La huelga de alquileres fue la herramienta a la que recurrimos tras muchos años de organización y presión para conseguir que el propietario se reuniera con nosotras y negociara un acuerdo justo para todas las inquilinas de nuestro edificio. Nos pasamos años organizando concentraciones, llegando a nuestros cargos electos en los tres niveles de gobierno (municipal, provincial y federal). Hicimos peticiones por Internet, llamadas telefónicas con guiones para presionar al propietario. En ese proceso ha sido muy importante mantener el contacto entre todas la inquilinas: las reuniones periódicas del sindicato, las actualizaciones por correo electrónico que mantenían a todas las inquilinas al tanto de la situación y de la lucha, o los puerta a puerta o conversaciones de ascensor que servían como espacio de acercamiento a nuestras vecinas. Poco a poco fuimos construyendo las condiciones y el poder para plantear la huelga de alquileres para retirar todas las AGI existentes y que la propiedad se comprometiera a no imponer más, lograr compensaciones por la pérdida de servicios en el edificio y acatar el control de rentas. Tras 16 meses de huelga de alquileres hemos conseguido que la propiedad tenga que sentarse y ganar el acuerdo.
Pero además, hemos conseguido crear una comunidad empoderada y eso es importante porque sabemos que el problema no termina ahí. Nuestro barrio era una de las pocas zonas asequibles que quedaban en Toronto, que siempre ha sido considerada una zona de lanzamiento para muchas familias por la proximidad al sistema de transportes y a las principales autopistas. El aburguesamiento de nuestro barrio ha hecho que las empresas propietarias quieran comprar todos los edificios. Una vez que una inquilina se muda, vemos aumentos de alquiler del 30-50% respecto al anterior, precios que expulsan a las actuales vecinas del barrio. Ahora, estamos más empoderadas para seguir defendiendo nuestro derecho a vivir dignamente en nuestros barrios.
La apuesta por el sindicalismo de base ha sido un elemento importante de vuestra lucha.
La organización de base es una apuesta poderosa. Empodera a quienes no tienen voz y educa a quienes se suman mientras se unen colectivamente. Hemos formado a muchas vecinas y vecinos y tomado conciencia colectiva sobre qué es ser inquilina y cómo estamos viviendo. La educación también es un factor importante que nos ayuda a organizarnos. Una vez que un inquilino conoce realmente sus derechos y puede abogar por sí mismo y por los demás, ese poder y ese conocimiento nunca se les podrá arrebatar.
Además, el sindicalismo de base debe tener la capacidad de aunar diferentes compromisos. Algunas inquilinas están totalmente comprometidas y apoyan todos los actos, concentraciones, peticiones o acciones del sindicato, también más allá de la lucha concreta. Esos son los inquilinos que, como yo, son apasionados y crean un espacio seguro, la base para que otras compañeras se acerquen a nosotras. Otras muchas inquilinas sólo pueden comprometerse a firmar una petición, asistir a alguna reunión o realizar pequeñas tareas que apoyen al movimiento. Esto está bien, porque necesitamos implicación a todos los niveles, son todos esos actos los que construyen la acción colectiva.
Gracias al proceso de organización de nuestro bloque, hemos construido una comunidad dentro de nuestro distrito. Nuestro mayor apoyo ha venido de las relaciones personales, que se anclaban en los espacios y eventos en los que ocurre la vida de nuestra comunidad. En verano de 2021 celebramos una fiesta al aire libre que reunió a inquilinos y aliados para tomar un helado y escuchar buena música. Celebramos nuestras victorias con comida y la comida siempre une a la gente. También hemos creado alianzas con nuestras vecinas que son propietarias de sus viviendas, y hemos contribuido a nuestra comunidad abogando por una cambio social en la forma de ver el derecho a la vivienda en general y los derechos de las inquilinas en particular.
Eres también parte del sindicato laboral Unifor Canada. ¿Cómo has vivido la relación entre el sindicalismo laboral y de vivienda? Tanto a nivel militante-personal, como a nivel de relación entre ambos tipos de sindicalismo.
Como miembro activo de Unifor Canada, el mayor sindicato en el sector privado en Canada, he aprendido mucho sobre luchar por lo que es justo. Mi recorrido como sindicalista y como activista en favor de los derechos de inquilinas ha ocurrido de manera paralela, y todo lo que aprendí de las formaciones y la práctica en mi sindicato laboral, vi que lo podía aplicar a lo que ocurría en el sindicato de inquilinas. Así lo hice y lo sigo haciendo, aplicando los conocimientos sindicales en mis dos activismos.
El sindicalismo lucha por la justicia social. Los sindicatos luchan por salarios y condiciones de trabajo dignas para la clase trabajadora; YSWTU es un sindicato de base de inquilinos que lucha por la justicia social, nuestros miembros luchan por una vivienda digna y asequible. ¡Es parte de la misma lucha por la justicia social! La clase trabajadora no tiene el acceso a la vivienda garantizado, una gran parte de esta es inquilina, y necesita poder acceder a una vivienda estable que se adapte a las necesidades de su familia. ¡El conflicto de la vivienda afecta a todos los miembros de la clase trabajadora!
Mi sindicato a apoyado nuestro trabajo desde el principio, y es parte de la razón por la que tuvimos tanto éxito en nuestra lucha contra los elevado aumentos de los alquileres. Durante la huelga de alquileres el apoyo de los sindicatos fue lo que nos mantuvo en pie. Contribuyeron económicamente, participaron en nuestras manifestaciones, sus miembros firmaron nuestras peticiones, nos dieron espacio para hablar de nuestra lucha contra los propietarios corporativos, y caminaron a nuestro lado. La solidaridad que nos mostraron nuestros aliados del movimiento laboralista no tiene precedentes, y la relación entre los sindicatos laborales y los sindicatos de inquilinas ha sido muy estrecha, para exigir al gobierno y a las empresas propietarias que hagan lo correcto. Necesitamos un control total de los alquileres, un control de las viviendas vacías y una vivienda social realmente accesible y asequible para que la clase trabajadora pueda vivir con dignidad.